Alguien me movió los botones. La semana empezó a moverse más rápido de lo normal, así que entre mi levantada el viernes y hoy, el tiempo real se relativizó. Y de viernes pasé a martes de una. Quantum leap. ¡¿Cómo cresta ya es martes?! Mi google reader anota la apoteósica suma de 937 blogs actualizados, y yo acá entre pega y papeleos –me clonaron mi tarjeta de crédito hace unas semanas, así que he perdido mucho tiempo parado frente al fax y sacando papeles varios-. De hecho creo que el único momento en que el mundo volvió a latir a 60 pulsaciones por segundo fue el sábado, que entre pitos y flautas terminó con una juntada cuasi improvisada en mi depto con los Rec y los Dolape-Rapa. Un asadín bien regado, y de postre un juego increíble que se juega con el DVD, y que nos tuvo hasta las 4 am riéndonos. De ahí, fast forward otra vez. Amiguipi me escribe que como tan perdido, y la verdad ni yo lo sé. Anoche dejé el notebook en la office para desconectarme un rato –un vicio que mata, este; qué manera de volverme adicto a mi mac-, y jugar con el trasnochador de mi hijo que no sé qué obsesión tiene con las cucharas metálicas que todo el día anda con una en la mano. En fin. Pausa, y ahora play otra vez. Shau.
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