Lunes.
Día de cortar Costanera a 80 por hora, las manos bien apretadas en el volante y el viento tibio entrando por la vicera semiabierta. Sonrisa optativa. El día en que voy a mi nutricionista, en pleno centro, y disfruto de este Santiago de hojas doradas y sol movedizo entre los árboles. El Santiago de Centro en buena. No el centro de los trámites.
Al llegar, estaciono la moto, me saco el casco… y, paf!… la música mental cambia a un hardcore más bien jaquecoso. Me envuelve el mismo olor asqueroso de siempre. No es smog. No. El smog es peor porque ni se siente. Hablo del humo. Del humo de cigarro.
Mal de muchos, consuelo de tontos. No sé si será porque mi inminente treintañez (estoy a 5 meses exactos; me deprimo cada vez que me acuerdo) me ha hecho más intransigente con el asqueroso cáncer en tubito, o es que hoy a todos les dio por volverse chimeneas humanas. Entre las dos cuadras minúsculas que separan el estacionamiento de mi Doc, conté a 6 personas fumando. ¿cuál es el número de reclamo? ¿el 117? Porque a dos tipos les fallaba la revisión técnica. Mal. ¿Como puede salir tanto humo de un pitutín blanco? Que asco.
Yo fumo una vez a la semana un purito. Nada más. Y purito, que al menos huele a tabaco. No a mierda. Pero en estos días el solo hecho de sentir el olor nauseabundo a pucho, me revuelve el estómago. Ahora entiendo por qué en algunos países no dejan fumar nisiquiera en lugares publicos ventilados. ¡El humo te llega igual a la cara!
Dan ganas de parar a la viejuja que va chimeneando (avísenle a la RAE por esa palabra) delante tuyo y gritarle que está bien que ella se quiera morir, pero el aire que va dejando atrás es mío, gané palabra.
Y la tipa llega hasta un Mierdonel´s y yo la veo mirar los Combos (dícese así porque efectivamente te dan un golpe seco en el hígado y las arterias)… mientras entro al edificio y me pregunto que por qué esas ganas locas que tiene la gente por morirse. Arterias tapadas de grasa. Asma. Cáncer. Sacar a cien.
Este aviso lo hizo Everest Brand Solutions Mumbai para la Asociación de Pacientes de Cáncer. Un sticker puesto en el techo de cada lugar especial para fumadores. In-cre-ible.
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