Anoche la Romi tenía su Sex and The City con la Coté y las amigas que conocimos en Punta Cana, así que les cedí el Amaretto Sour que hice el sábado y las dejé hablando cosas de mina, mientras jugaba con Sebastián un rato. Luego, preparado para una noche casera, dejé “en puerta” el DVD de The Office season 2–que todavía ni abro- y chequeé la cinta de grabaciones semanales: Joey (que veo por inercia, porque no pasa nada con ella) y una película estúpida pero divertida que nunca vi llamada “Ali G”. Perfect. Pero entre que Sebastián no se quería dormir (le tuve que poner el disfraz de Gasco que me traje de la filmación, para que no hinchara, y luego acaparó el DVD con “Expreso Polar”), más la conversación que había en la terraza, termino instalado entre las “minas”, comiendo nachos con guacamole y escuchándolas conversar, Castillo de Molina en mano. Siempre me ha impresionado la capacidad de conversación que tienen las mujeres. Saltan de un tema a otro, nunca tienen esos silencios de “cambio de tema”… ¡Es todo de corrido! 23.15, entre sus “lo dejé plantado en el altar” y “¿es mino Hans?” suena mi celular. El aludido, con Careloco. Música de fondo. Me esperan en el Amanda. Tres horas antes, la Romi me había llamado lateada a la salida de su curso sobre los Mayas (¿?), porque el auto –con escasos 3 meses de vida-, había sido desvalijado de todos los logos y los espejos laterales. El seguro paga, pero lata igual. Lo desvirginaron, ¡y en pleno Principe de Gales!. Aunque bueh, a mi papá una vez le robaron el auto al lado de la casa de Lagos, así que qué tanto. Corte a mí subiéndome al traumado 4×4, con Benny Bassini sonando. Corte a mí saliendo del auto y entrando al Amanda, donde los palurdos guardias de siempre –KGB look, as usual- me preguntan si busco el club Amanda. Duh. Mejor pónganle cartel y saquen a estos tipos, que hacen parecer que el Maeba todavía existe. Amanda en pleno. Repleto. Minitas-bonitas en sillas de cuero de vaca, la mesa larga llena de gente. Mozos de negro con corbarta blanca, mafia like. Música tronando mientras el DJ se mueve como en trance, Battery en mano. Talking about cliches.
Corte a mí con un cubalibre en menos de 5 minutos, conversando con Hans, un eufórico cara de loco, Gabriel Pacheco de McCann, su polola y unos amigos. El chiste de la noche fue la amiga de Gabriel, que es dentista: en cada silencio nos abrazábamos con Hans y cantábamos “Dienteeee… Amigoooo”. Funny if you`re there. Luego, en una de esas sillas de cuero de vaca que poco le falta para espantarte con la cola y tapados por la música, conversamos con Hans sobre Evelyn –la de Punta Cana, con la que la Romi quiere emparejar a Hans- y nos reimos de lo que pasaría si resulta, porque cual de los dos tiene apellido más difícil de pronunciar. El punto es que, entre comentarios y risas, le cuento que es separada, sin hijos, ingeniera comercial… Y ahí hans pone cara de Plop. Me cuenta que hace un tiempo fue donde una bruja. Cada cosa que le contó se cumplió, excepto una: que iba a conocer a una tipa separada, sin hijos, ingeniera comercial. El amor de su vida. Luego se abrió la puerta y entró don Campaña Fes (también conocido como Don León en Cannes) y la conversación volvió al Ad Biz. Hablamos un rato, terminé mi trago –la próxima vez traigo mi petaca con un ron decente- y me despedí de todos, para luego pasar a dejar a Careloco a su casa y caer en mi cama entra la Mopa y la Romi, medio chambreado y pensando en el finde que se viene y la posible dupla Hans-Evelyn.
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