Que el finde haya sido entretenido hace inversamente proporcional la diversión que siento en este día lluvioso. En parte, porque odio la lluvia. Y no traje paraguas y no tengo ganas de ir al gym. Pero hagamos un rewind, pa resumir mi finde y comparar y deprimirme: Viernes Aprovechando el caos por el cambio de escritorios, me fui temprano y nos juntamos con la Romi en el Coffe Factory de Provi, donde un tipo tocaba ¡¡trombón!! frente a nosotros. Sepan que para mi el trombón es el instrumento más ridículo que existe. No sé si porque vi mucho los tres chiflados o qué, pero cada vez que escucho tocar un solo de trombón, no aguanto la risa. So I laugh. Y la Romi, as usual, me miraba con esa cara de infinita paciencia de siempre. Seis medialunas y un jugo natural más tarde, pasamos por la tienda naturista del Panorámico a comprarle el regalo de cumpleaños a la Pepa, mi hermana, que cumple 23 el sábado: Un jabón artesanal y unas cremas de menta y no-se-que. Comprenderán que andar vitrineando carteras y cremas y jaboncitos perfumados hizo necesario un contrapeso, así que club de tobi flash con Hans en el Parque Arauco, para ver La Isla (claro que cuando ibamos llegando cachamos que eramos dos tipos casi treintones saliendo solos un viernes en la noche y escuchando Miranda! a todo volumen, así que, ejem, entramos rapidito a ver la película). “LA ISLA”. Un dejo a Logan`s Run, pero con más disparos y persecuciones. Entretenida, bien hecha… pero con el típico error hollywoodense de las películas de acción: Si todo va bien, si el guión te engancha… por qué cresta tienen que poner situaciones tan falsas? (Léase la caída de la moto, léase el choque del camión, léase la salvada en el edificio). En fin. De ahí, tipo 22.00, y como pa contrapesar el male bonding, pasamos por el Akai Sushi de Carmencita (no puedo creer que con eso se me fueron mis cheques restorán del mes, si estamos recién a 15) y armamos una noche de sushi, vino blanco y chill out con la Romi, Hans y yo. Hasta la 1 am. Nice. Sábado Lo prometido es deuda, así que partimos la Romi, Sebastián y yo a Patronato a comprar ropa maternal (para la Romi, obvio. Aunque a mi casi me vendría bien, les diré). Mientras ella se probaba las típicas poleras con la flechita de “Baby” y pantalones con elástico (mmm, podría servirme para Año Nuevo, porque se les estira la guata), con Sebastián nos entretuvimos en una tienda llena de cosas chinas: gomitas de borrar, monos de Southpark, mochilas, cuadernitos, llaveros… El sueño del pibe. 15pm, almuerzo en nuestro restorán de comida china de siempre (esos donde, como en las películas, dices “lo de siempre” y efectivamente te traen lo que querías), seguido de una competencia de PlayStation con Sebastián, de 3 años (¡que me ganó en Tekken 3!), para terminar el día vestidos re fashion y celebrando el cumpleaños de la Pepa en un galpón tipo Blondie-abandonada, tomando Whisky y conversando tonteras hasta las 3 am con los mismos que veía como pendex cuando yo tenía 23 y ellos 16. Domingo El día partió con una obra de teatro supuestamente infantil en la Casa de la Cultura de Ñuñoa, con la Romi, Sebastián, Hans y su hijo Martín. ¡¡Horrible!! Demasiado densa, lenta y ultra-ecológica, así que me cargó. Claro, yo estaba esperando el Gato con Botas o algo. De ahí, fuimos a comprar las entradas para Disney On Ice, lunch en BK y cumpleaños familiar de mi hermana –con torta de mousse de chocolate, lo bueno de que tu cuñado sea chef- en casa de mis viejos. De ahí, al Riesco en mi city car. Disney On Ice con Sebastián, Hans y Martín. Sin palabras. Absolutly worth it. Sobretodo la cara de Sebastián cuando salió a la pista Buzz Lightyear. El lunes fue cumpleaños de una tía, torta, jaja, y comienzo de depresión por el martes. No me pasa muy seguido… pero esta semana de verdad que se ve venir muy fome. Fome y llovida, la peor mezcla. Así que se aceptan consejos para subir el ánimo. Porque hoy, la lata me inunda.
top of page
Buscar
bottom of page
Comments