Es muy raro el sistema en el que vivimos. Hay gente que espera todo un año trabajando, para irse de vacaciones por 15 días cagones… Y cuando vuelven, terminan pagando esas mismas vacaciones con casi un mes de sueldo (osea, de trabajo). Hay gente que ahorra por meses para comprarse un auto, que vale su buen par de sueldos -o incluso más, mucho más-… Pero si alguien les dijera “no te pago en 3 meses, pero te regalo este auto”, no lo aceptarían nunca. Y claro, están también los que se dan cuenta que la vida no es sólo esperar cosas. Como dice Lennon “Life is what`s happen to you while you`re busy making other plans”. La vida es lo que te está pasando AHORA-MISMO. ¿Vale la pena lo que estás haciendo AHORA-MISMO?
Hay gente que nunca se da cuenta de esto, y vive la vida pensando en la casa, en el auto, en los hijos. Y cuando los tienen, miran para otro lado y quieren otra casa, otro auto, más hijos. Vivimos en un mundo consumista, totalmente… y como publicista lo veo mucho más de cerca que la mayoría. Sé lo que hacen las marcas, la imagen. He visto gente que paga 4 veces el precio de algo, sólo por lo que le decimos en 30 segundos de comercial… Pero finalmente, en la mayoría de los casos, todo es onda Sprite. La imagen no es nada.
Hace un tiempo leí un libro que escribió el diseñador Paco Rabanne (que de hecho pretendo releer en estas vacaciones). Una entrevista al líder budista Bokar Rimpoché, en la que el español le pregunta y discute con él sobre la filosofía budista. Se los cuento porque hubo algo que me gustó mucho, por lo obvio. Pero justamente por eso. Porque nunca lo recordamos. Como un mensaje que de tanto oír, ya no escuchamos. Rimpoché dijo: “El pasado pasó, no vale la pena sufrir más en él, sólo aprender de él. El futuro todavía no es, así que no tiene sentido mortificarse por lo que aún no es” Y el presente, es el YA. Es lo unico que vale la pena realmente. Y, como dijo Milan Kundera en “La Insoportable Levedad del Ser”, las cosas malas del pasado no existen, porque las queremos olvidar. Sólo queda lo bueno. Los recuerdos que realmente valen la pena recordar. Vivir con los recuerdos, no de los recuerdos. Vivir el momento. Así que, tarea para la casa, vivir hoy como un budista. Carpe diem. Aprovechar el día. Van a ver como les cambia la cara. Y van a ver que, pese lo obvio de lo que les digo, nunca lo hacemos. Ojalá les sirva. Hasta la próxima(-¿proxima?) semana!!
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