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Foto del escritorCristián Ritalin León

Quince

Me cagué de la risa ante la frase de bronce que se mandó el “mono” Durán: nosotros eramos pernos… pero porros. Losers totales. Fiesta “15 años Después” de la salida del colegio. Todos con chapitas con el nombre, el curso y un “1994-2009” brillando. Viernes en la noche y la música a todo lo que da, con un gordo medio decadente que anima la fiesta. Miro de reojo al Pato Laguna y me pregunto por qué no se manda una animación pro, mejor. Pero bueh. Está el Pato, la Carola Messen y la única celebrity de la generación que falta es la Karla Rubilar, que no vino. Asi como más de la mitad de mi curso. Pero filo. Karaoke? y salgo primero. Sigo tercero y quinto, prendido a mango (nota mental: el ticket de 5 tragos era como harto). Hasta que un sexto trago mágico apareció en mi mano. Asagra me saluda a lo lejos -ahora entiendo de donde salió el trago-mientras le comenta a Soto la llave que le hice una vez al sensei del gym. Me río nomás ante tamaña leyenda urbana. Fue solo una llave, no salió volando y ciertamente no podría ganarle a nadie con una sola mano. A mi mismo, a lo más.

Desde New Kids hasta Soda, la fiesta estuvo bailadísima, regadísima y llena de anécdotas gritadas entre coro y coro. Terminé afónico, agotado y pasado a humo… y con unas ganas enormes de desempolvar el blog para contar a la pasada la filosofía de bar que me entretuvo toda la noche: 15 años más tarde, puedo dar fe de que existen 3 tipos de ex alumnos: Están los Al Bundys, o esos que, 15 años más tarde, siguen iguales. Pero en mala: la misma pinta, el mismo pelo y la misma onda de bailarín de topless que se juran de 17 aún. Si preguntas en qué están, poco les falta para decirte que siguen de jefes de local… de un Errol`s. Luego, subiendo en la escala valórica, están los Upcommers. O los que, como yo o el “mono”, evolucionaron más tarde. Somos los que probaron las chelas después, bailaron rezagados y recién 15 años después supieron muchas tallas de carretes y salidas. Quizas, los que mejor lo pasamos, al ponernos al día y hacer las pases con nuestro yo perno que nos saludaba del espejo del baño. Y es que mientras todos perdieron pelo y ganaron panza, ciertamente nuestro yo de hoy le da diez patadas a nuestra pernez primigenia. Un golazo mental.

Arriba de la pirámide, los fukinbastards. Los que llegaron en un meche o un porsche, siempre les fue increíble y ahora siguen igual de estupend@s que siempre. Esos son siempre los menos (segun la waif, seguro que más de uno vino en el auto del viejo; con lo que he visto en estos años, le creo), y se van temprano porque tienen algo más. Pero algo más que celebrar los 15 años, cantar canciones añejas y cagarte de la risa con tus compañeros de colegio?… Quizás lo más heavy del asunto es saber que, en 2 años más, habrán pasado la misma cantidad de años que tenías al salir del colegio. Y que todavía, en tu cabeza, eres un pendejo. Pero en buena. Ahora, en buena.

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