Este finde estuve en el cumpleaños No.60 del papá de mi Perri (dícese de la mejor amiga de mi señora, madrina de Sebastián y polola de Dolape; todo de una vez). ¡60 años! y con más pila para el baile que nadie. De hecho, fue el último en parar de mover la cadera. Y porque se le cansó la pareja nomás. Estuvo increíble. Full producción. Encarparon el jardín completo, todos vestidos formales… Buenísimo. Un matrimonio, pero sin novios. Lo mejor es que llegó gente de todas partes para celebrar: desde argentina, los papás de Dolape. Sorpresa. Y máxima sorpresa aún al ver llegar a sus amigos de Isla de Pascua! Entre tanta emoción junta, a las 2 am Pepe ya estaba llorando en polvo. En fin. Mucho baile, mucha conversa y mucho mucho copete –mi cuñada aprovechó de pitutear de barwoman. Según ella contó más de medio litro de alcohol por cabeza. Uf-. Entremedio, hasta tuve tiempo de filosofar con un par de friends de Rapanui sobre nuestras diferencias culturales y la vida en la isla. Lo entretenido del caso, es que el hermano de con quien hablaba –el Negro-, aprendió a hacer sushi en mi casa. Hoy, ¡todos comen sushi en la isla con mi receta!, que hasta está en el menú del restorán. Pero con una gran diferencia: con atún de la isla recién pescado. ¡Ñamiii! Me contaban que ahora, cuando se “pelean” los atunes en el puerto –ahora que todos los santiaguinos probamos tamaño manjar, se los traen todo para acà, cuéntate una nueva-, la mitad de los rapa anda con su botellita de salsa de soya. ¡Sashimi isleño! Plop. Así que entre salú y salú, quedamos invitadísimos a las cabañas de sus parientes, y al famoso restorán que tienen allá. Quien sabe! Capaz que hasta inventemos alguna variación isleña del sushi con piñas y mangos. Mira que hasta el Nori –el alga del sushi- crece allá en forma natural. Así que juegue nomás.
Que distinta es la vida en Isla de Pascua. ¿Sabían, por ejemplo, que por el sólo hecho de nacer allá tienes derecho a tu terreno, que las casas las hacen ellos mismos y que NADIE que no sea pascuense tiene derecho a un pedazo de tierra RapaNui? Hablábamos de lo dura que fue la batalla contra el casino que intentaban poner en la isla, y de cómo están llegando ecoHoteles. Todos arrendando solamente, con inversiones millonarias y todo, pero arriesgando que mañana el dueño diga “ya, se fueron; quiero mi pedazo de tierra”. Alguna protección estatal que tengan, no?
Es increíble, pero la gran ayuda que recibe Isla de Pascua es por parte de Japón. ¡Japón! Inventaron un revestimiento para proteger a los moais. Traen maquinaria de última generación para levantar las estatuas caídas. Los llenan de yens por concepto de turismo. ¿Y acá? Bien gracias. Con el monopolio que tiene Lan que hace más barato ir a Punta Cana o Cancún que a tu propia isla polinésica nacional. Ridículo.
Mientras, el tiempo pasa, los moais siguen ahí, y los Rapa Nui también. Preguntándose si son chilenos o franceses… o simplemente Rapa Nui. Yo no sé, la verdad. No sé.
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