Es raro ver una tarjeta de presentación distinta. Nadie se preocupa mucho. Cuando, si lo pensamos bien, la tarjeta de presentación queda más tiempo que la cara o el apretón de manos. Es como el resumen de como quieres que te vean. Las mías son corporativas. Gruesas. Grises y azul. Mucho texto. Mucho título. Una lata. Pero qué le vamos a hacer, si el Worldwide es el que manda. ¡Pero la mayoría son así!. Cuadraditas. Con Times New Roman y los colores de la empresa. Con harto serif y poca locura. Con suerte, un logo que cambia un poco la cuadratez. Con suerte. Así que toparse con este link y pensar en tirar todas las tarjetas de tu billetera pasan al unísono. Geniales todas. Copiables todas.
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