Harto hemos cambiado en estos últimos dos años, ah? El estallido, la pandemia, el trabajo remoto... La digitalización acelerada que vivimos desde que empezamos a trabajar desde nuestras cocinas, comedores y cafés, fueron una prueba de fuego al liderazgo, a la empatía y a la autonomía de todos nosotros. Y sabes qué? Creo que lo conseguimos. Creo que dimos un tremendo paso del que no vamos a volver. Hoy, está bien salir un poco antes para ver a tu hija jugar Jockey mientras revisas tu correo. Está bien mandar un mail a las 2 am y que te lo lean al día siguiente, o cuando la persona pueda.
Y sabes qué otra cosa creo que está bien? Los audios de Whatsapp.
En serio.
Todavía tengo a muchos conocidos que tienen en su "status" en Whatsapp "No escucho audios"... pero déjame convencerte:
Soy de los que odiaba los Audios de Whatsapp. Escucho a veces, de reojo, los audios que una de las tías de mi señora le manda diariamente ("el podcast de la tía" le puse; fácil 10 minutos)... Pero creo que hay un uso que, quienes trabajamos 100% remoto, nos cambió la vida: La reunión ubicua.
Y es que la evolución de las reuniones, en orden de importancia y formalidad, con la reunión presencial a la cabeza, y el zoom en segundo lugar, tiene ahora un nuevo hermanito que a mi al menos me gusta cada vez más: El Audio de Whatsapp. Primero: ¿Te has dado cuenta que en Whatsapp no siempre se dice "hola" o "Chao"? Es ubicuo. No te despides, no "cierras sesión". Así que, salvo gente con la que no hablo muy seguido, tampoco ni me acuerdo de saludar o despedir. Es un flujo eterno. Segundo: Creo que la evolución de "Esta reunión pudo ser mail", es un "Este Zoom pudo ser un audio de Whatsapp". La forma más simple, eficaz y ubicua de dar indicaciones, resumir briefs o simplemente ser dadivoso con el tiempo ajeno y regalarles los 30 minutos de reunión en un pequeño audio que puedan escuchar cuando quieran.
¿No te parece?
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