Cristián Ritalin León
Blur al poniente
Entre que la Romi fue a almorzar con otra mamá del colegio –no me deja de impresionar como esta signiora se hace amigas tan fácil- y que Amiguipi ya iba volando rumbo a la tierra de las Caipiriñas, el reloj me pilló a la 1 pm enviando 1 GB a Brasil (vea usté que demora eso) y sin panorama de lunch. Así que no encontré nada mejor que aprovechar el solcillo, pescar mi casco, bajar a por mi scooter y enfilar al centro, all alone. El viento fresco, la primavera asomándose y yo pisando el asfalto a 80 por hora con el Parque Forestal en blur… Hasta que me topé con un taco gigante. Motoboys esquivándose; máquinas tirando polvo. Agh, que lata. Olvidé que hoy casi todos –entre los casi me cuento yo- salían a mediodía. Rayos. Y yo con un antojo de empanadas de camarón y queso que no podía encontrar en ninguna parte, terminé dando media vuelta, pasar otra vez por el Forestal –a esa velocidad no vi nada interesante en el Bellas Artes, aunque casi paro por una liquidación de marcos al lado del Brainworks-… así que terminé sacándome el casco en Providencia, pasando por una juguera para los eternos piscosours del finde, una hamburguesa con coca Light y un helado de Nutella y Pie de Limón del Sebastián mientras veía a unos huasos en el Drugstore bailando endieciochados. Bueh. Algo dieciochero que sea.
