El 2007 fue un Mirage entrando por mi oreja izquierda, revoloteando por todo mi cerebro y saliendo de él el 31 de diciembre. Muchos cambios. Mucho trabajo. Muchos trasnoches. ¿Dije mucho trabajo? Creo que es la primera vez en la vida que en verdad “necesito” vacaciones. Y relax. Trabajando todo para “ayer”, con un nivel de trabajo totalmente surrealista, es que recibo el 2008. Intentando sacarme la pega de la cabeza y tratando de concentrarme en mi familia y los abrazos y el increíble cerdo con marrón glacé de la Romi. (Pero tengo que trabajar en algún momento del año nuevo, así que difícil). Pero lo intento. En un bergiere, todavía medio mojado por la piscina y tratando de pensar en esos maravillosos 14 días de vacaciones totales en la parcela, que comienzan este viernes, me pongo a pensar en mi 2007 y me impresiona la cantidad de cosas que hice en 365 días. Y las que no. Este año leí cerca de 5 libros (promedio normal: 2 al mes). Escuché menos de 2 discos al mes (promedio normal, 3 por semana), fui menos de 10 veces al cine y casi ni vi Happyours con mis amigos. La máquina me agarró, me enguyó y me dejó medio comatoso en un rincón de Diciembre. ¿No queriai más responsabilidades? ¿No queríai tener tu propio barco pa manejar?… Claro que sí! Por eso mismo más que quejarme, miro el 2007 y me paro otra vez. El 2008 viene con gusto a armado. Con cara de orden. Con sentimiento de “ya pueh, córtela”: Este año mi resolución es sacarme aún más la cresta, para poder salir más temprano, disfrutar más a mis hijos y poder, por fin, relajarme y disfrutar todo lo que hice el 2007. O eso espero. Uf. Feliz año nuevo a todos!!!
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