Cristián Ritalin León
El verdadero poder de las marcas
Ya lo dijo Noah Harari en su último libro: las guerras ya no serán por territorios. Algo que, entre el caos y el dolor de Rusia atacando a Ucrania, vuelve aún más surrealista y anacrónica la obtusa mirada de Putin: Hoy los Oligarcas y la gente en las calles le reclaman al cuasi Zar que se detenga, no porque algun pais en particular esté haciendo algo (porque además sabemos lo que significaría enfrentarse con ese monstruo con poder nuclear): Los ciudadanos y los billonarios rusos claman a Putin que cese los ataques, porque los verdaderos poderes están “pegándole bajo” a los Rusos: Las marcas.
Netflix. Apple. Lego. Levis. Starbucks. Hollywood. Pepsi. Coca-Cola. El verdadero poder del siglo XXI no está en quien tiene más tanques. Está en las grandes corporaciones globales. Que, dicho sea de paso, ya ganaron en la conquista mundial como modernos Genghis Khanes. Su guerra no fue por territorios fisicos, sino mentales. Su conquista total y absoluta viene con cara de placer al abrir mi nuevo Mac. Prender mi nueva TV Samsung o simplemente tomarme mi bebida favorita.
Es añejo, entonces, creer que la guerra la gana el que tiene el mazo más grande. Hoy, todos los paises están de brazos cruzados -obligados- ante el poderío (y supuesta inestabilidad mental) de un lider loco de poder que no cederá ante su ambición de tener de una vez por todas los terriotorios que le aseguran ser el dueño del gas de toda Europa… Pero la guerra de verdad no está en las materias primas. California y su Sylicon Valley no son nada con su solo territorio. Nadie querría “Capturar” esa zona. Son las cabezas, las tecnologias y, finalmente, las grandes marcas, las verdaderas ganadoras de una guerra oculta, bajo cero, que se libra en la mente de la gente. De los consumidores.
Putin sigue en el Siglo XX pensando que su poder bélico le dará el jaque mate ante los gobiernos del mundo. Pero no entiende que, mientras los paises estan congelados ante las posibilidades de fuego de Rusia, los veraderos “dueños” del mundo ya lanzaron sus bombas en territorio Ruso. Y la gente gente, su gente, sufre por la falta de su Late favorito. Su serie favorita. Su esperado estreno del mes en los cines.
Putin lanzó su poder como si todavia fueramos paises. Territorios. Culturas distintas. Y no entiende que la cultura global es un hecho tan potente y palpable, que no tiene capacidad ni control contra los verdaderos oligarcas del mundo: Las marcas globales.
Ahora, le toca mover a él.
