Hoy ando lateadísimo. Es el evento de entrega de premios de NY Festivals… y este año voy sólo de espectador. Sí, lo sé: peco de exitista (o de pedante o lo que sea) al achacarme por algo tan tonto como no haber ganado nada este año. Sobretodo sabiendo que acabo de ganar MegaSpot y blá… pero aún así, sorry; no puedo evitarlo. Es como cuando estás celebrando otro año nuevo y piensas en que cómo es posible, si hace unos días estabas abriendo la champaña del año anterior. El año pasado gané oro. ¡¡ORO!! Y este pasó sin pena ni gloria. Rica tu constancia, C. Y, sí, una parte de mi –the logical one- dice “So fukin` what?!!” … pero la lata es más fuerte. Still. … Nah, no me pesquen. Debe ser el día gris.
Por lo pronto, escucho mi última adquisicIón: “Supernature” de Goldfrapp (el segundo corte es la canción del comercial del 407, esa de los autitos de juguete) y termino el guión del video institucional de CCU que voy a filmar en la tarde. Está entretenido. Es para la fuerza de ventas, así que es puro hueveo y cambio de locuciones en los comerciales y tonteras varias. Está re bueno.
…Pero la lata sigue ahí.
Y supongo que por la misma lata que me agarró toda la mañana hoy no fui al Gym sino que partí con Hans a almorzar a mi depto con la Romi y pelón a probar la mano de la nany nueva. O es la excusa, en realidad. Necesitaba un languetazo de la Mopa y un abrazo de Sebastián. Así que cambié las pesas por la familia (y Hans, que ya es como parte de la familia). La comida, exquisita. La lasaña le quedó casi (casi!) tan rica como la de la Romi, así que no me puedo quejar. Y sebastián me dejó pegada la canción del Pequeño Efelante “Pomti pompiti poooom…” Así que de algo me sirvió el break. Ahora parto a la casona de CCU para la filmación, y luego derecho a la premiación en el Marriott, donde voy a ahogar mi lata entre canapés y ron. Y salud el un año que se nos fue.
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