Hoy es el día de llamar al transfer De armar maletas. De chequear vuelos. Oseeea, hoy es el día en que normalmente me bajan los nervios. Todavía no. Pero los oigo venir. Aunque supongo que no es para menos: la última vez que viajé al Caribe, bajando a Puerto Rico el avión se pegó un bajón que dejó al Boomerang de Fantasilandia como la montaña rusa de Mampato. A propósito, si alguna vez van a Puerto Rico y ven un estómago, recójanlo y tráiganmelo, plis. Es mío.
En fin. Para estos casos, nada mejor que mi patentada Liquid Pill: 2 blody mery y un cuba libre. En ese orden. In-fa-lible. Y la Romi, que ya está menos histérica, se consiguió con el Pelao una de sus pastillas para dormir, que lo dejan casi en estado vegetal cada vez que viaja. Lo malo es que ella no calculó que son 2 aviones de ida y 2 de vuelta… Así que no sé si recordárselo antes de irnos, o cuando se la tome en el avión y cache que no tiene más. Humor negro, le dicen. Pero naaah. Yo creo que todo el nervio se le va a pasar cuando nos subamos al avión. En parte es eso, y en parte dejar a Sebastián por una semana completa. Lo hemos hecho antes, pero la última vez viajamos cuando apenas decía “bubu baba”, y no creo que nos haya echado mucho de menos. Ahora es distinto. Ahora sí que lo vamos a echar de menos.
A si que a ver si me da el tiempo mañana para hacer un último post pre viaje. Como tenemos el “asatón”…
… no creo que esté en la oficina hasta más allá de las 12.30. Buena forma de terminar la semana, no?
Pd: La cara de ebrio con la que aparezco en la foto, es por el disfraz que usé en la fiesta de BBDO de fin de año. No se confundan, ah? Salud.
Comments