Hoy ando igual que niño chico, asombrándome de todo y de todos. “Stay foolish; stay hungry”, dijo alguna vez Steve Jobs, Mr. Mac para los amigos. Y wow, hoy sí que le estoy haciendo caso. Quedé pegado mirando a mis hijos en la mañana. Pegado con el post de la Pame y el trabajo increíble del escultor Ron Mueck. Pegado con los colchones de hojas con que amanecieron las veredas de Lyon hoy; el aroma a tierra húmeda y los reflejos del sol en los charcos de agua en la calle. Pegado con los edificios por fin limpios y brillantes de Sanhattan. Pegado, totalmente pegado, con el casco abierto y mirando el cielo hasta que me dolieron los ojos. Estuve pegado conversando con H que está en París y que me saca en cara a cada rato que por qué no fui (si fuera por mi, me envío por attachment ahora mismo!), y con las fotos de Danumpa en España, que también me grita que cuando parto a mi archiprometido peregrinaje europeo. Uf, no sé. Todos quieren que viaje, excepto la carita de mi guagua de 4 meses. No me lo podría perder ni por 2 días.
En fin. Ando introspectivo hoy, parece. Relajado. Cargado. Empilado, pero tranquilo. Ojalá que me dure un rato. Me gusta la sensación.
Soundtrack del post: Other side of the world, de KT Tunstall (Eyes to the telescope, 2006)
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