Cristián Ritalin León
PeParty
Desde el sábado a las 8 pm clavadas, aleluya hermanos, vivimos con la Romi 24 horas de despaternización. Y no me malentiendan, ¿ah? nononó. Me encanta estar con mis babies. Rayo con ellos. Pero, uf, de vez en cuando… se agradece. Así que partimos a repartir críos al mundo (literalmente; Sebastián con su primo y Nico con su tía abuela), nos arreglamos, escuchamos el inaudito silencio del depto. (interrumpido de vez en cuando, debo decirlo, por la Perridícula, que se quedó botada como un dedo) y partimos felices, hiperventilados y peatones -se venía rudo el carrete- al cumpleaños de la Pepa, mi hermana, al Vitamina de Orrego Luco. Sólo para nosotros. Juegue. Del punchi-punchi al infaltable raggaetón. Ron, pisco sour, picoteo. Todo en estroboscópica y con el suelo retumbando. Osea… absolutamente ¡in-cre-ible!! Bailamos, tomamos, nos reímos, tomamos, sacamos fotos, tomamos, nos encontramos con gente que no veíamos hace tiempo, tomamos, cantamos el cumpleaños feliz… y hasta tomamos. De hecho, alcanzó incluso para dármelas de DJ por un rato. Y no sé si lo mejor de todo fue el cumpleaños en sí, o el hecho de llegar al depto en la madrugada y dormir, dormir, dormir hasta como las 2 pm del día siguiente. Sin papas ni pañales ni nada más en mente que abrir el diario, escuchar música suavecita y aprovechar el silencio. Relax? Sí, claro. Lleno, por favor.

De izquierda a Derecha: Ritalin DJ, Japiberdei with cuchufly, la cumpleañera y el trio de giles de siempre. No actuaron hoy: la Romi, que hizo de fotógrafa.