La oficina de Martín Subercaseaux es de las que inevitablemente te llevan a pensar en cómo será su casa. Cuadros de pintores famosos, seguramente armada completamente por un decorador, un sofá de cuero italiano totalmente exquisito frente a una mesa llena de libros de arte, flores frescas puestas especialmente por una decoradora que viene todas las semanas… y al final, final, finaaaal de la sala, debajo de una escultura que en realiadad es librero que en realidad es repisa volada, un escritorio de caoba gigante con un G5 portatil de última generación con la manzanita de un gris frio mirándote fijo. Detrás de ella, don BBDO. Don Publicidad. Don Mesa Té Club y demás. Martín Subercaseaux en persona. Uno de los 5 poderes fácticos de chile. Caminé por la esponjosa alfombra y desenfundé la campaña cual pistolero. El la toma y la mira atento, siguiendo los textos con su pluma (¿Mont Blanc?). Miro de reojo su agenda de cuero y me pregunto cuántos teléfonos importantes tendrá. Capaz que ninguno, en realidad. Hasta Lagos es de los que lo llama a él. Y no vice-versa. I guess.
El hombre-poderoso aplaude la gráfica, me da unos comentarios y escucha las frases de radio. Sonríe. Como un gentleman, espera que termine mi presentación, me raya un par de palabras de los textos y me felicita. “Genial”, dice. “Buenísimo. Te felicito, pelao”. Campaña habemus, en el tiempo record de 2 días. Corte a mi saliendo feliz de la sala. Presentamos mañana a las 10.30 ante un directorio del cual el es asesor y parte. Todo está perfecto. Can all be this easy?… Hell yeah!
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