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Foto del escritorCristián Ritalin León

Living non stop (Antofa, parte 1)

Dedicado a propósito de un mp3 genial que me mandaron -si recordara mi clave de Castpost se los mostraría- parodiando a Aeropuerto (“Aeródromo disco-pub”), y porque este fin de semana lo pasé disfrutando de mi pega. Nótese lo que digo: disfrutando de mi pega. Volando y madrugando y trabajando en una filmación; sufriendo la descentralización en mala… pero también comiendo rico, conversando de cine y música y nuevas tendencias y chupando y porreando de lo lindo. Pero mejor les cuento bien: Sábado al almuerzo, un asado improvisado con H&C, el radiotaxi que me pasa a buscar… y antes de decir “bajativo” ya voy volando hacia Antofagasta. Perdón, un jugo de naranja, la Rolling Stone… y volando hacia el norte. En las dos horas del vuelo hice dos cosas al unísono: echar de menos las películas de Lan y leer una entrevista a Cerati. Que grande Cerati. Me cae la raja. Será porque estuvo casado con la eternamente exquisita -y mi fetiche absoluto desde revista Paula- Cecila Amenábar, la mina más ondera que existe? Capaz. Al cerrar la revista, el glam de tener chofer me recibe pegadito al antónimo inmediato: Antofagasta. El anti-glam hecho ciudad. En dos palabras, desierto y mar. En tres palabras, desierto y mar. Les debo la tercera palabra. Antofagasta no es nada más que eso. Holiday Inn Express, entrada express, dejo mis cosas express, me cambio de ropa y me junto con el Dire y su manga para salir a comer: Pero las buenas intenciones de regaloneo al creativo fueron en vano: Imaginense el Eladio. Imaginense ahora que lleva 4 años mal. Imaginen que lo venden a los del Chilenazo. Ese, era lo mejorcito en restoranes de la zona. Plop. Mayonesa en lugar de mantequilla. CHAN No.1 ¿Pescado a la plancha? Tome. Lo hicimos frito, eso sí. CHAN No.2 ¿Pisco sour? Claro. Tome. ¿Limón? Sí, le echamos una cascarita y se la sacamos. Pero bueh, Jean Les Pins -¿o Kabuki?- en vez de pisco le da un toque. CHAN. CHAN. CHAN. CHAN (*).

Pero la ensalá a la chilena está buena, la conversa está entretenida y el vino -viene envasado, no pueden cagarla- está de pelos. Así que seguimos conversando hasta tarde, pelando el cable con proyectos y rayando con películas nuevas y clásicos varios. Hasta que se nos acaba el tema, se nos dan vuelta los ojos y algunos parten a fumar su “bajativo” a la playa mientras yo me tiro a la cama, prendo el aire acondicionado y le pido al de recepción que me despierte a las 6 de la mañana. “No, no estoy gueveando” Cuelgo con los ojos ya cerrados.


No crea todo lo que ve, oiga. Es publicista, mijo, no?…

– – (*) Copyrights del hermano de Dolape, el único y original productor de DDD Argentina, ídolo, trabajólico y dolape también.

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