Confirmado: mi moto es una mina. Una semana entera taimada, le compro lo que necesita (la batería) y perfecto por un día… pero se vuelve a taimar al día siguiente, sin razón aparente. Hay que tratarla con cariño, cuidarla, darle exactamente lo que necesita para que no se ponga rara, y fijo que una vez al mes no quiere nada conmigo. Y, claro, no podría vivir sin ella… pero me hace sufrir tan seguido que a veces pienso que estaría mejor sin ella. Hasta que hacemos las paces y me siento feliz de tenerla. Sobretodo cuando la miran y la piropean. Así que… sí. Mi moto es una mina.
Cristián Ritalin León
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