Con lo hiperkinético que soy, hay temporadas en que me da por vivir el día a la rápida, sin razón aparente: apenas hojeando los diarios, saltando de una campaña a otra sin profundizar mucho, picoteando conversaciones, navegando por internet pero sin meterme realmente en nada… En otras palabras, haciendo zapping mental. Este último tiempo, finally, terminó esa etapa, que me suele dar pre tiritón en el ojo; y me doy cuenta de que eso de picotear la vida me da justo cuando necesito unas vacaciones. No se me ocurre otra explicación, porque apenas llegando a PC me leí todos los libros que encontré, conversamos mucho con la Romi y como que relajé el cortex.
Esta semana -blame it on the blogs- he conocido gente y lugares muy interesantes. Me he reído con Zuricato, he escuchado lo que San Feliú recomienda, he disfrutado cual buen vino la prosa increíble del blog de la Marce… He disfrutado. Como les conté en el post anterior, sea el huevo o la gallina, ando como aspiradora leyendo y escuchando y mirando y escribiendo e inspirándome. Y supongo que por el Blog también es que estoy más contemplativo. Con los ojos más abiertos a todo lo que (me) pasa. Y es que, claro, al llevar mi cerebro de zurdo al mundo binario, me obligo a ordenar mis pensamientos. A meditar con el teclado. A terminar con el zapping mental.
Mi soundtrack de esta tarde, sad as the day, “The Blower’s Daughter” de Damien Rice. Increíble.
Comments