Fue Helvetius (y no Voltaire) quien dijo “No estoy de acuerdo con lo que dice, pero defenderé con mi vida su derecho a decirlo”. Una frase muy linda, pero que en la turbulenta agenda nacional, extrapolada y exaltada, no sé qué tanto tiene de cierto hoy.
Eso es con las personas. Con las marcas, aquellas a las que hoy les exigimos “posturas”, “ideales” y “Propósitos”, así en alta, parece extraño también encontrarnos con que, si las posturas de dicha marca (tan fundamentales, según todas las encuestas), no son sí o sí “mi” postura… a cortarles la cabeza!!
Este fin de semana, se “supo” (como si no pasara siempre), que Carozzi quitaba su auspicio a La Red si ésta ponía en parrilla un programa en contra de esa “postura” de la Marca. Y no me vengan con medias tintas. Cuando uno de los directivos clave de la marca fue Ministro de Pinochet, la lectura es una sola.
Y pasaron muchas cosas. Muchas. Por un lado, los iracundos tuiteros se lanzaron en picada con sus picos y garras azules en contra de la marca. No la prefieras. Llevémosla a la quiebra. Mmm a ver. Vamos por partes:
1. Si le exiges Propósito y postura a las marcas, luego no te piques si esa postura no está de acuerdo contigo. Sé que la “postura” en cuestión bordea el negacionismo (quisiera pensar que no, que es solo eso: una postura); pero si todos aplaudimos a Nike cuando apoyó al deportista que se arrodillaba en el himno nacional gringo, no es esta una postura igual de valida?
2. Así como su postura te puede parecer terrible, tu postura de vuelta tiene tambien mucho poder: efectivamente, puedes elegir no comprar más marcas que no comulgan con tu pensar político. Y todo bien.
3. … pero el problema basal que esto nos demuestra, ¿No es un problema de toda la vida? Las marcas, literalmente, son las que mantienen o hacen quebrar a los medios, por su auspicio. Y no debería espantarnos. Las marcas tienen detrás directorios. Agendas. Ocultas o no. Y menos mal que están apareciendo otros formatos de supervivencia (por ejemplo la compra directa de suscripciones, como tan bien nos enseñó Netflix), que sin duda independizarán las opiniones de los mecenazgos… pero no intentemos tapar el sol con el dedo: las pautas de los canales cuya fuente principal son los auspicios, evidentemente ponen a los directorios y los directivos con un poder fáctico tremendo. Hoy y hace 100 años.
4. Realmente Carozzi lo hizo porque no quiere auspiciar contenido politico? Lo dudaría, dado el CV de algunos de sus miembros. Pero, si lo es o no, están en su derecho no? Yo tampoco voy a prestar mi marca si no estoy de acuerdo con algo. Te parezca espantoso o no… eso se llama, querido amigo, DEMOCRACIA. Yo personalmente creo que le hace un flaco favor a la marca, sabiendo además la historia nacional. Pero hoy, post 18O, Cualquier postura, es politica. No querer ser politico es, hoy, tambien una decision politica. Pero, nuevamente, más que demonizar marcas y gritar iracundos… nos deberia hacer recordar nuestro poder como compradores.
La cosa no es funar marcas. Es elegirlas por tu postura. Que triste seria un mundo homogeneo, con todos pensando lo mismo. La marca cometio un error al “politizar” su postura (habia alguna posible manera de no politizarla, en el sudoku conceptual de hoy?)… justamente cuando, quizas, buscaba lo contrario? Puede ser. Varias marcas no auspician contenido LGTB+. Muchas otras exigen que tal o cual persona, con claras posturas politicas, no aparezca en el programa si no ellos se van. Es algo normal. Y se llama elección.
Tu elección, como consumidor, está en “votar” por esa postura en el carro de supermercado. Y reflexionar si estás vetando una marca que no piensa como tú, o si quieres que todo el que no piensa como tu, arda en el infierno.
La eleccion final… es tuya.
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