Cristián Ritalin León
Carpe diem
¿Qué tal estuvo tu semana? te pregunta alguien un sábado… y ¡zas!, te das cuenta de que te ha pasado una semana completa por el lado y ni la viste. Y luego otra. Y luego otra. Y luego otra. Y luego otra. En algún momento de mi vida me pregunté: ¿Es esto la vida? ¿Vivir por los fines de semana?… Es típico comentario -de hecho el sábado nos juntamos en mi depto. con C, el productor de REC, y yo que envidiaba su farandulera vida empecé a echarme para atrás al oír su voz sonando igual que mi versión 2001: “Nooo, si la vida tiene que ser más que esto…” ¡Claro que la vida es más que esto! El problema es que -hablo por mi- estamos acostumbrados a que la vida sea Avant Premieres y cócteles y happyhours, exposiciones e inauguraciones. O por último fiestas y matrimonios. ¡La semana tiene más de 2 días, señores! Y no es excusa. Nisiquiera andar quebrado, o con demasiada pega o sin encontrar niñera para tus hijos. No es excusa. Nunca. Hay que vivir más! Acortar la semana. Yo, por ejemplo, que tengo dos niños chicos, en días fríos como estos pongo la catalítica en la pieza de estar y la subo a todo lo que da y doy por iniciada la Temporada Casera: arrendar películas, tirarse de guata al suelo a dibujar con Sebastián, competencias de PlayStation con mi señora y cocinar cosas ricas y fáciles en familia. Invitar a amigos a tomarnos un vinito, picoteos varios o una comida hecha entre todos; pasar a comprar unas gyosas o darte un gusto y, no sé, comprar ¡carne de Avestruz! en el súper y probar como queda una receta que bajaste de Internet… Probar. Disfrutar. Inventar. Carpe diem, señores. Que ni las fiestas ni los cumpleaños son tan seguidos. Y, quitándolos del calendario, pucha que tenemos días para disfrutar.